miércoles, 17 de agosto de 2011

JMJ: La generación de Benedicto XVI abarrota Madrid

Rouco Varela inaugura la Jornada Mundial de la Juventud con una misa multitudinaria en la Plaza de Cibeles.

Madrid.- La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) quedó ayer martes inaugurada de forma oficial. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ofreció una misa en la Plaza de Cibeles ante medio millón de jóvenes, según estimaciones de la organización. Durante esa homilía, Rouco Varela pidió a los asistentes que asuman “el formidable reto de la evangelización de sus jóvenes coetáneos” e hizo una diferenciación entre la generación de Juan Pablo II y la de Benedicto XVI.
Así, destacó que ésta última está condicionada “para bien y, en muchas ocasiones, para mal por la globalización, las nuevas tecnologías, las redes sociales o la crisis económica”. Además, Rouco Varela señaló que la España que acoge estos días “con brazos abiertos y cálida simpatía” a los peregrinos, es un viejo país formado por una comunidad de pueblos cuya principal seña de identidad histórica es la profesión de la fe cristiana de sus hijas e hijos en la comunión de la Iglesia Católica”.
Las palabras del cardenal de Madrid fueron recibidas con grandes aplausos de los peregrinos, especialmente cuando se refirió al Beato Juan Pablo II, que creó las Jornadas Mundiales de la Juventud, así como al referirse a la generación de Benedicto XVI y a la Virgen.

CITA A JULIÁN MARÍAS

“La personalidad histórica de España se forja con rasgos inconfundibles en torno a la visión cristiana del hombre y de la vida desde los albores de su historia, iniciada en gran medida con la primera andadura de la predicación apostólica en suelo español hace casi 2.000 años”, explicó, al tiempo que citó al escritor español Julián Marías: “España se constituye animada por un proyecto histórico que es su identificación con el cristianismo”.
Igualmente, se refirió a las raíces católicas de la ciudad que acoge la JMJ: “Y así como España no es inteligible sin su bimilenaria tradición católica, Madrid, residencia real y su Capital desde la segunda mitad del siglo XVI, en plena irrupción de la Modernidad, tampoco”.
Por su parte, los jóvenes pidieron en diferentes idiomas -inglés, francés, japonés, alemán- por el Papa, por las vocaciones, por los perseguidos por su fe, por Tierra Santa, por los artistas, las víctimas de la violencia. Asimismo, pidieron para que los jóvenes “respeten el medio ambiente y resistan a la tentación de las drogas”.
Tras la comunión, durante la que los peregrinos ondearon sus banderas al tiempo que las voces del coro, el cardenal bendijo las medallas con la imagen de la patrona de Madrid que los asistentes llevan en sus mochilas, y se las entregó personalmente a cinco jóvenes que subieron al altar.
Además, durante la celebración estuvo expuesta la reliquia del Beato Juan Pablo II -una ampolla de sangre extraída por motivos sanitarios las semanas previas a su fallecimiento- a quien estuvo dedicada la misa de inauguración de esta Jornada. La reliquia, que, según explicó el cardenal, es un regalo del arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, se quedará en la Catedral de la Santa María la Real de la Almudena, en Madrid.

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