Todos los inmigrantes menos 11 murieron de sed y hambre durante la travesía. "Cada mañana nos levantamos y encontrábamos más cuerpos, que tirábamos al mar", relata a The Guardian Abu Kurke, uno de los supervivientes. La barcaza salió de Trípoli el pasado 25 de marzo cargada con 47 etíopes, siete nigerianos, siete eritreos, seis ghaneses y cinco sudaneses. De ellos, 20 eran mujeres y dos niños, uno de tan solo un año de edad.
A las 18 horas de partir, el barco empezó a tener problemas y se quedó sin combustible, a unas 60 millas (110 kilómetros) de la costa libia. Después de 16 días a la deriva, en los que se agotaron la comida y el agua, el 10 de abril las corrientes arrastraron la embarcación a una ciudad costera cerca de Misrata, donde dos de los 11 supervivientes murieron.
Kurke relató al diario británico que en un momento de la travesía, el mar acercó la barca a un portaaviones tanto que era imposible que no les divisaran. Dos aviones despegaron del buque y sobrevolaron la barcaza a poca altura, mientras los inmigrantes les hacían señales desesperadas y levantaban a los dos niños para que les vieran. Pero el superviviente asegura que no se hizo ningún intento de rescate. Según la investigación de The Guardian, el único portaaviones que operaba en la zona en esas fechas era el francés Charles de Gaulle. Las autoridades navales francesas han declinado hacer comentarios.
"Estamos intentando verificar" la información, ha declarado hoy a Efe una portavoz de la OTAN, quien añadió que se investiga qué unidades navales pudieron estar en la zona a finales de marzo. Los buques de la Alianza "son conscientes de sus obligaciones de salvaguardar vidas en el mar", recalcó la funcionaria, que aseguró que todos los buques militares, incluyendo los de la OTAN, están sujetos al derecho marítimo internacional, una de cuyas bases es la obligación de todos los barcos de atender las llamadas de socorro de los barcos que se encuentran en las proximidades y a prestar auxilio.
La portavoz ha recordado que unidades navales aliadas rescataron a finales de marzo a dos embarcaciones en apuros procedentes de Libia, que llevaban unos 300 y 210 pasajeros a bordo.
Organizaciones de derechos humanos han reclamado una investigación por las muertes, mientras que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido una estricta cooperación entre navíos militares y comerciales en el Mediterráneo en un esfuerzo para salvar vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario